Sé Que Corres, Pero Puedes Engordar Si Cometes Estos Errores
Correr hace adelgazar y correr para perder peso es a menudo uno de los motivos principales por los cuales se inicia con esta actividad física. Y, sin embargo, son muchas las personas que hacen running y aun así engordan. Quizás tú también te preguntas: “¿Qué estoy haciendo mal?”
Se debe tener presente lo siguiente:
- El engaño del peso.
Deberíamos dejar de pesarnos o al menos intentar interpretar el peso de la manera adecuada. Sabemos que el peso es un indicativo muy impreciso de nuestro estado de salud. Pero puede ser útil para entender las variaciones del peso de nuestro organismo entero, pero que no dice nada en relación al peso individual de los sistemas que lo componen:
- El esqueleto.
- Los músculos y,
- La grasa (que, si bien no es un sistema, es algo que interesa a todos).
El Índice de Masa Corporal
Para ser más precisos, están los parámetros del IMC (Índice de Masa Corporal) y el porcentaje de grasa corporal. Junto con el peso del esqueleto, que es generalmente un valor porcentual no variable del peso total, estos dos parámetros componen el peso total revelado por la balanza.
Si hacemos una analogía, es como pesar peras y manzanas, y decir que el valor resultante describe con precisión el peso tanto de las manzanas como de las peras. Y no es así: describe sólo el peso de su suma, pero no dice cuánto pesa cada una. Es por eso que a menudo se ven atletas que pesan 80Kg con una masa grasa del 7/8% y personas sedentarias con el mismo peso y una masa grasa del 30%:
- En el segundo caso el peso está constituido en buena parte por la grasa corporal, mientras que en el primero por el peso del sistema muscular.
Es Cierto. Corriendo Se Puede También Engordar
O, mejor dicho: corriendo se adelgaza siempre y esto porque se queman las calorías. Sin embargo, el verdadero problema es el que sucede en los periodos en los cuales corremos o entrenamos para alguna competencia, y cuando no corremos. En particular, nos referimos a lo que comemos en dichos períodos.
Justamente en estas situaciones puede suceder que tengamos comportamientos equivocados en relación a nuestros hábitos alimenticios, los cuales mencionaremos a continuación.
1. Estoy Entrenando, Por Tanto, Puedo Comer Lo Que Quiera
Es cierto que estás quemando más calorías que si estuvieras sin hacer actividad física, pero también es cierto que podrías fácilmente pensar que, por estar corriendo, puedes comer cualquier cosa en cualquier cantidad, pensando que “tanto luego quemarás esas calorías”. ¡No se debe exagerar!
2. Comes Las Cosas Equivocadas
Ya que quemas las calorías entonces debes remplazarlas con otras calorías, del tipo aquellas gratificantes que te dan los carbohidratos: “Sí, comamos esta hamburguesa con doble queso, tanto luego salgo a correr”. ¿Te identificas con eso?
Quemar calorías significa deber reintegrarlas pero, una vez más, el engaño es sólo conceptual: no debes estar pendiente sólo de las calorías, sino sobre todo de los nutrientes que asumes y en la carrera, una actividad ya de por sí extenuante para los músculos y las articulaciones, así como también debes prestar atención al tipo de calorías que asumes, privilegiando las proteínas (para reconstruir las fibras musculares estresadas por la carrera), las vitaminas y minerales, que son fundamentales para el funcionamiento de las articulaciones.
La Gratificación del Carbohidrato
Se sabe que, los carbohidratos son buenos y brindan placer, pero no proveen todos estos nutrientes y, ya que son muy gustosos, entonces terminas por comer más de lo que te sirve para reintegrar las calorías quemadas.
Si ingieres cantidades no balanceadas de carbohidratos, quizás te permitirá volver a tener las calorías quemadas, pero no te dará otras sustancias que en cambio te sirven para sentirte fuerte y ser capaz de afrontar los desafíos de resistencia.